Cocolia Hotel

Descripción del hotel

Oculto entre la selva y el susurro del Pacífico, Cocolia Hotel es un exclusivo hotel boutique en Oaxaca, ubicado en la apacible comunidad costera de Mazunte. Concebido como un santuario salvaje para el alma, este encantador refugio se integra de manera armónica en su entorno natural, ofreciendo a los viajeros un espacio íntimo para desconectarse del mundo exterior.

Con 28 búngalos privados construidos con piedra local, maderas tropicales y cemento artesanal, Cocolia fusiona la geometría contemporánea con la exuberancia de la selva mexicana. Cada estructura se abre hacia la naturaleza y el cielo estrellado, invitando al silencio, la contemplación y la presencia plena. Una experiencia sensorial y holística que redefine el concepto de lujo natural.

Dos piscinas de agua salada, un restaurante con propuesta gastronómica basada en ingredientes locales, una mezcalería, un espacio de bienestar y un sendero privado hacia Playa Mermejita —una de las playas más vírgenes y serenas del litoral—, junto con el sello de calidad de Domus Selecta, convierten a Cocolia en uno de los hoteles boutique más exclusivos de Oaxaca, donde naturaleza, diseño y confort se unen para ofrecer una experiencia auténtica de lujo frente al Pacífico.

CAMINO A MERMEJITA S/N Oaxaca México

No. de habitaciones
28

Colección

Restaurante Cacao

La experiencia en Cocolia Hotel se extiende más allá del refugio natural y se adentra en el arte culinario a través de Cacao, un restaurante donde la tradición oaxaqueña se encuentra con la innovación global. Aquí, cada plato es una celebración de los vibrantes sabores de México, elaborados con ingredientes locales que honran la tierra y su cultura, fusionando recetas ancestrales con técnicas contemporáneas para ofrecer momentos inolvidables en cada desayuno, almuerzo y cena.

Desde el amanecer hasta el crepúsculo, Cacao ofrece un viaje gastronómico incomparable, acompañado por vistas espectaculares al océano y a la icónica Punta Cometa. La luz natural y el susurro del mar envuelven cada comida, mientras el menú revela la esencia de la región en preparaciones auténticas que despiertan la curiosidad y el placer.

Para complementar esta experiencia, La Mezcalería propone un recorrido sensorial por el mundo del mezcal, con una cuidada selección de etiquetas regionales que acompañan a deliciosos platillos para compartir, todo ello enmarcado por la magia de un atardecer incomparable.

Sabores auténticos frente al océano Pacífico

Comida en el Restaurante Cacao del hotel boutique Cocolia

Piscinas

Las piscinas de Cocolia Hotel no buscan destacarse, sino integrarse. Una se extiende junto al restaurante Cacao, amplia, silenciosa, perfecta para quienes disfrutan nadar con espacio y vistas abiertas hacia Punta Cometa. La otra, más discreta, se encuentra en lo alto del terreno, entre vegetación nativa y brisas constantes.

Ambas están alimentadas con agua salada y libres de químicos. No refrescan solamente: limpian el cuerpo del ritmo impuesto allá afuera. En ellas, se puede observar la selva, ver pasar las aves, compartir una comida sin apuro o simplemente dejarse llevar por el ritmo lento del entorno.

Más que una postal, son lugares que invitan a quedarse. Sin distracciones, sin decorado innecesario. Solo agua, paisaje y tiempo.

Entre agua salada, selva viva y vistas al mar

Una de las piscinas de agua salada del hotel boutique Cocolia

Sostenibilidad

En Cocolia Hotel, el compromiso ambiental no es un añadido: es parte de su estructura. Desde su construcción, se priorizó conservar el terreno tal como estaba. No se usó maquinaria pesada, no se removieron árboles, y los materiales elegidos provienen de la región.

Toda la energía que alimenta el hotel proviene del sol. El agua de lluvia es recolectada y aprovechada para el riego durante la temporada seca. Incluso las aguas grises se purifican para nutrir árboles frutales y otras especies locales.

No hay grandes anuncios ni eslóganes. Hay acciones concretas: arquitectura respetuosa, consumo responsable y una relación honesta con el entorno. Cocolia no pretende imponerse sobre la naturaleza, sino aprender de ella cómo habitar con sentido.